COVID-19: una pandemia mundial que reforzará a la franquicia

COVID-19

A finales de 2019, una noticia de China llegaba a todo el mundo. El coronavirus o COVID-19, una afección respiratoria, se propagaba rápidamente y grandes ciudades chinas eran clausuradas y sus habitantes confinados en sus hogares.

Desde el resto del mundo se veía esta noticia como lejana, pero se vislumbraba un claro efecto económico. Hoy en día, gran parte de todos los productos que utilizamos en todo el mundo se fabrican, todo o en parte, en el gigante asiático. Al parón típico del Año Nuevo Chino le sucedieron un par de semanas de incertidumbre, y aparentemente, la economía china volvió a arrancar, con la reapertura de las fábricas, aunque no a pleno rendimiento.

Sin embargo, el virus ya se había extendido, no solo por el continente asiático, también alcanzó a la Vieja Europa. El primer país fue Italia y de ahí se ha ido extendiendo al resto de países del resto de continentes. Los países, algunos antes, la mayoría más tarde, han ido cerrando sus fronteras, imponiendo estados de alarma en la población, cerrando comercios minoristas y dejando solo los de primera necesidad: supermercados, farmacias, gasolineras…

El cierre de los locales comerciales para paliar los efectos del COVID-19 afecta a un gran número de grandes, medianas y pequeñas franquicias de todo el mundo. Las marcas de restauración han tenido que cerrar obligatoriamente. Las cadenas de supermercados han visto reforzada su actividad ante la demanda de los clientes, por miedo al desabastecimiento. Otros sectores, como peluquerías o tintorerías se han quedado en un limbo de primera o no necesidad…

Son momentos difíciles para la economía mundial, pero…

¿Qué nos espera después del COVID-19?

Después de esta crisis sanitaria nos espera una crisis económica. Desconocemos los efectos exactos, prevemos que serán duros, pero hay que mirar al pasado para ver que acabamos de superar otra crisis y todos podremos salir adelante y plantar cara a la situación.

En breve, la gente volverá a salir, se retomará el contacto humano y se tomarán las calles con ganas de seguir creciendo. En este contexto, la franquicia volverá a salir beneficiada. Si los datos apuntan, año tras año, que el sistema de franquicia crece en todos los sectores, incluso después de la crisis financiera de 2008, podemos asegurar que en esta ocasión ocurrirá lo mismo.

Tomemos el habitual ejemplo de la palabra crisis en japonés, 危機. En este idioma, la palabra crisis tiene dos polos: la connotación negativa, con la acepción de “peligro”; pero también tiene un sentido muy positivo, con la acepción de “oportunidad”.

Y es que esta crisis va a ser una oportunidad para mucha gente: emprender su propio negocio, dar un giro profesional radical a sus vidas, empezar de nuevo, reinventarse. Pero siempre con un pequeño colchón, el de la franquicia. El sistema de franquicia permite emprender negocios de forma segura, avalados por marcas asentadas en el mercado, y acostumbradas a superar diferentes crisis, no solo el temido COVID-19.

Lo estamos viviendo en estos momentos de incertidumbre. Las franquicias se reinventan, la restauración, por ejemplo, obligada a cerrar para que sus locales no sean un foco de posible propagación de la epidemia (al concentrar a un gran número de personas), dirigen sus fuerzas al servicio a domicilio, tratando de dotar de cierta normalidad a esta situación anómala.

Todo esto pasará, muy pronto. En LATAM NETWORKS no dejamos de trabajar, buscando las mejores oportunidades de negocio para las Redes de franquicia y para los franquiciados a un lado y a otro del océano Atlántico.

¡Estamos a tu servicio!

 

#EsteVirusLoParamosUnidos

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