Muchas veces un concepto de negocio funciona. Tiene muy buena acogida entre el público y se consigue generar beneficios. El emprendedor, en este momento, se planteará abrir una segunda sucursal, para aumentar sus ingresos y para dar a conocer en otra zona este exitoso modelo de negocio. Y, si todo va bien, después de una segunda, vendrá la tercera. Y en este momento es cuando el emprendedor se plantea otras formas de cómo multiplicar el negocio.
El crecimiento natural, a través de establecimientos propios, es lento y puede ocasionar al emprendedor posibles problemas y pérdidas de tiempo. En esta situación, viendo que es un negocio replicable, de fácil transmisión y alta rentabilidad, lo ideal es pensar en la franquicia como forma de crecimiento.
Hay que tener en cuenta que, aunque lo parezca, no todos los tipos de negocio son franquiciables. El concepto de negocio debe ser un concepto de éxito probado, que tenga varios establecimientos en los que se ha replicado este modelo y que, en diferentes circunstancias (tipo de público, localización, etc.) haya tenido resultados satisfactorios similares.
También debe dirigirse a un mercado con una cantidad suficiente de público objetivo, con una demanda adecuada del servicio o del producto.
La diferenciación es otro de los aspectos fundamentales que marcarán el camino de un negocio para convertirse en franquicia. El concepto de negocio debe tener ventajas competitivas dentro del mercado. Esta diferenciación no quiere decir que sea un nuevo producto o un nuevo servicio, puede estar en una imagen rompedora y fácilmente reconocible, en un sistema de trabajo nuevo dentro de algo que ya se hace, etc.
Disponer de un know how es imprescindible para convertir un negocio en una franquicia. Todos los conocimientos necesarios para trabajar día a día, los aspectos técnicos, operativos, administrativos y comerciales de la empresa deben estar registrados en unos manuales operativos que poder transmitir a los franquiciados.
La franquicia como método para hacer crecer un modelo de negocio.
La franquicia es el método más adecuado para expandir un modelo de negocio por diferentes motivos. El primero es que permite un crecimiento rápido utilizando los recursos financieros de terceras personas y, además, obteniendo beneficios por ello.
El modelo de negocio de la franquicia permite un incremento del valor de la marca, ya que se implantará en diferentes ciudades y países y será reconocida por el público. Además, la estructura de la Central se verá reforzada para poder dar cobertura a las necesidades de los franquiciados.
Crear un sistema de franquicia permite incrementar notablemente el volumen de las operaciones, generando de este modo ingresos adicionales a la Central Franquiciadora. Por supuesto, la Central también se vería beneficiada en compras a proveedores ya que dispondría de un mayor poder de negociación, consiguiendo que sus franquiciados pudieran obtener los productos necesarios para el funcionamiento del negocio a un menor precio.
Para un emprendedor puede ser complicado lanzarse a franquiciar su concepto de negocio. Sabe cómo funciona y qué es lo que tiene éxito y cómo conseguirlo. Pero le faltan los conocimientos y la experiencia necesaria para poder convertirse de emprendedor a Franquiciador.
Por eso es recomendable acudir a consultoras como LATAM NETWORKS, especializadas en el desarrollo, comercialización e internacionalización de marcas, tanto en España como en los diferentes mercados de América Latina.
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