La franquicia es un sistema de emprendimiento en el que una marca otorga a un tercero el derecho de utilizar y trabajar bajo su mismo modelo comercial. Este sistema, que tiene su origen en la Edad Media y que tal y como lo conocemos ahora surgió en la mitad del siglo XIX en Estados Unidos, se ha demostrado que el sistema de negocio más seguro y rentable para los emprendedores.
En el sistema de franquicias hay dos partes diferenciadas. Por un lado, se encuentra el franquiciante, que es la empresa que ha cedido los derechos para que un tercero comercialice en su nombre su producto o servicio. Y en otra parte está el franquiciatario, el inversor que adquiere los derechos. La relación entre ambas partes siempre debe ser cordial, ya que ambos buscan un mismo objetivo, el éxito empresarial a través de la expansión de una misma marca. En esta unión, formalizada en un contrato, hay obligaciones y derechos que deben cumplir ambas partes.
¿Cómo funciona la franquicia? ¿Qué derechos y/obligaciones tiene cada parte?
El franquiciante debe proporcionar al franquiciatario su know how o saber hacer, que le permitirá desarrollar su negocio de manera correcta. Debe formar al franquiciatario y a todo su equipo, al comienzo de la relación y de manera continuada, haciéndoles llegar las últimas novedades de la cadena. El franquiciante es responsable de la marca y por ello tiene que velar por ella, exigiendo a los franquiciatarios que cumplan con los valores que la marca defiende y ofrezca a los clientes los servicios y/o productos tal y como se ha determinado desde la Central, ya que son métodos de trabajos probados y garantizados en los centros propios.
El franquiciatario, a cambio de esta cesión comercial, debe pagar ciertos cánones o royalties al franquiciante. Uno de los royalties más comunes es el de entrada, que se paga en el momento de la firma del contrato. Con este pago, el franquiciante se compromete a trasladar al franquiciatario todo el know how, con la entrega del conjunto de manuales operativos. También incluye la formación inicial y, en algunos casos, elementos como el stock inicial de productos o la decoración o el mobiliario.
Hay otros royalties recurrentes como el de marketing y el de explotación. El de explotación es un pago que el franquiciatario realiza al franquiciante por el uso de la marca, sus productos y/o servicios. Este pago cubre también la formación continua que se imparte a los franquiciatarios, ya que es un importe que la Central Franquiciadora lo invierte en innovación y desarrollo de la marca.
El royalty de marketing se utiliza para la realización de campañas publicitarias, nacionales o locales, en medios impresos, televisiones, radios o anuncios online, ya que el mundo digital es esencial ahora mismo en cualquier cadena de franquicia que se precie. Este royalty es para crear marca y captar nuevos clientes.
Estos royalties suelen ser mensuales y cada franquiciante decide si es un importe fijo o un porcentaje sobre la facturación, y en este caso, cuál es ese porcentaje, que puede oscilar entre el 1 y el 5%.
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Para los futuros franquiciatarios, LATAM NETWORKS es también sinónimo de triunfo ya que cuenta con una selecta y rentable cartera de marcas y está presente en todo el camino, desde la presentación de la franquicia, hasta la apertura del local, siendo una figura cercana y accesible para el emprendedor.
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