La compra de una franquicia conlleva una serie de derechos y obligaciones para con la empresa franquiciadora. Comprar una franquicia es una inversión y un compromiso económico y personal que no debe ser tomado a la ligera.
El importe pagado para adquirir la explotación y cesión de una marca franquiciadora se compone de varias partidas. La primera de ellas es el canon de entrada. Este canon es el importe que el emprendedor paga a la Central Franquiciadora cuando se une a la red. Se trata de un pago único que incluye diferentes elementos (dependiendo de la marca). Por lo general, el canon de entrada comprende el uso de la marca, la formación inicial y la entrega y uso del conjunto de los manuales operativos. Pero también hay otros aspectos que incluye como el proyecto de imagen corporativa, el diseño de adecuación del local, el stock inicial de mercaderías, la primera campaña de marketing o el respaldo del franquiciador en la puesta en funcionamiento del negocio franquiciado.
No se puede establecer un máximo o mínimo importe del canon de entrada, ya que depende de cada marca y de lo que la cadena incluya en este importe.
Otros cánones o royalties
El royalty de explotación de la marca es el importe que la Central Franquiciadora cobra al franquiciado como contrapartida por los servicios que le presta. Normalmente, se trata de un cargo mensual, aunque también se pueden encontrar pagos trimestrales o anuales.
Este royalty se paga por la explotación de la marca. El franquiciado se beneficia de una marca de éxito en el mercado y que el público ya conoce.
En este caso, el emprendedor se puede encontrar con franquicias con royalties fijos, fijos progresivos (que aumentan según el negocio franquiciado va cumpliendo años) o cánones de explotación variables, que suelen ir en función de las ventas o de las compras realizadas. Si se aporta un royalty por facturación o beneficios, los importes suelen situarse entre el 3% y el 5%.
El otro canon más habitual que se debe pagar tras la compra de una franquicia es el de marketing o de publicidad. Este pago, que también suele ser mensual como el de explotación, facilita la optimización de los esfuerzos publicitarios. Una de las grandes ventajas de pertenecer a una franquicia es que se puede realizar grandes campañas publicitarias a nivel nacional, con una mínima inversión (el canon de marketing). El reconocimiento de marca es fundamental para el crecimiento del negocio y las cadenas de franquicias llegan fácilmente a los grandes medios de comunicación off line y aparecen constantemente en los on line.
El canon de marketing puede ser fijo o variable, un porcentaje sobre la facturación del negocio. Además de para campañas nacionales, esta inversión en publicidad se realiza a nivel local, con anuncios en diferentes soportes dentro de la zona de influencia de la franquicia.
Para garantizar la transparencia de la marca, la cadena franquiciadora debe mostrar a los franquiciados en qué se invierte este dinero.
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