El sector de las franquicias de restauración es uno de los sectores que más se han visto afectados por el Estado de Alarma provocado por la pandemia del COVID-19. Sus locales fueron los primeros que se vieron obligados a cerrar, como medida de confinamiento de la población. Eso les dejaba en una situación de continuidad muy precaria, sin saber realmente si podrían volver a abrir sus puertas una vez que se solucionara la crisis sanitaria, ya que todos los establecimientos se enfrentan a una serie de gastos fijos irreducibles.
Había una pequeña puerta a la esperanza, la opción del servicio a domicilio, ya que sí estaba permitido continuar la actividad con el delivery a los hogares de los clientes. Pero, ante esta difícil situación, algunas cadenas de franquicias de restauración, al igual que algunos negocios individuales, optaron por cerrar ya que no disponían de una estructura propia sólida para este tipo de reparto ni las garantías de rentabilidad para unirse a las principales plataformas de delivery que existen. Sin embargo, otras que sí contaban con una estructura definida y dentro de su estrategia habitual el reparto a domicilio contaba con peso dentro de su facturación, decidieron continuar con la actividad centrando todos sus esfuerzos en el servicio a domicilio.
En líneas generales, los datos en estos meses han sido demoledores, según los Indicadores de Actividad del Sector Servicios del Instituto Nacional de Estadística de España, la cifra de negocios de restauración descendió en marzo de 2020 un 58% con respecto a marzo del año anterior y de un 54.6% con respecto a febrero de 2020. Debido a estas fuertes caídas, en la media del primer trimestre la facturación de restauración descendió un 17,5% con respecto al mismo periodo del año anterior.
En esta etapa de confinamiento, las franquicias de restauración que han mantenido el servicio a domicilio han vivido dos fases diferenciadas. Durante las primeras semanas se produjo una fuerte caída en la actividad, debido al cierre de muchos restaurantes. Y, posteriormente, se produjo una recuperación en el número de pedidos y un ligero aumento en el ticket medio, que en algunos casos podía llegar hasta el 15% de incremento.
Esto ha ido permitiendo a las cadenas de restauración abrir nuevos establecimientos (tanto propios como franquiciados) y también poder ir recuperando a trabajadores de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en la medida que los pedidos y las ventas subían.
La implantación de protocolos de seguridad ha sido un requisito fundamental en todas las cadenas de restauración que quería continuar con la actividad. Ha sido la única forma de mantener la seguridad de los empleados, los repartidores y de los clientes. Además de la limpieza y desinfección, han tomado otras medidas como la toma de temperatura del personal, el contacto cero entre personal y repartidores y repartidores y clientes, etc. Todos estos procesos de seguridad han generado la confianza suficiente en los consumidores para poder realizar los pedidos de comida a domicilio.
Esta crisis también servirá a las franquicias de restauración para adaptar sus procesos y ampliar sus servicios, ya que estos hábitos de take away y delivery han venido para quedarse y la gente seguirá requiriendo estos servicios.
La consultora LATAM NETWORKS es responsable de la expansión de algunas cadenas de restauración como La Rollerie, Loops & Coffee o Canel Rolls. En función de su ubicación y posibilidades cada una de ellas ha mantenido la actividad en la medida de lo posible, con el objetivo de ofrecer a sus clientes el mejor servicio posible. Por ejemplo, La Rollerie, al disponer de terrazas en sus locales, ha podido abrir ya, con aforo reducido.
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