La cadena española de franquicias Pizzería Carlos continúa con su plan de expansión, centrado en el crecimiento en España y la búsqueda de los primeros franquiciados internacionales, con México y Colombia como principales destinos objetivos.
La marca ha abierto recientemente tres nuevos establecimientos en España, concretamente en Madrid (2) y Barcelona (1). En este país ya ha llegado a los 75 locales operativos y su estrategia consiste en priorizar la zona norte de la península, combinando las aperturas de restaurantes propios y franquiciados. El objetivo de los 100 establecimientos está cada día más cerca, ya que los emprendedores confían en su sólido concepto de negocio. Y es que, desde su creación, ha atravesado dos crisis económicas mundiales y su imagen de marca ha salido muy reforzada. La primera de ellas fue justo nada más nacer la compañía, en 2009, y la segunda, a raíz de la pandemia. En ambas ocasiones, la cadena ha contado con el apoyo de los clientes, con un aumento de la facturación y de los emprendedores, que siguen confiando en este concepto de negocio tan rentable para la apertura de nuevos negocios.
Un concepto exportable a América Latina
Pizzería Carlos ofrece un concepto de negocio con un sólido Know How y una sencilla gestión que permite una fácil exportación a cualquier país. Como ocurre en muchas cadenas de franquicias de origen español, el primer destino internacional elegido es América Latina, dadas las similitudes culturales y lingüísticas. La entrada suele ser más sencilla en estos países, pero es cierto que siempre hay que realizar algunas adaptaciones, lo que se llama la tropicalización del concepto, para poder garantizar el éxito de la marca. En este caso, lo más recomendable es acudir a expertos, como el equipo de la consultora LATAM NETWORKS, que lleva desarrollando marcas de franquicias a uno y otro lado del Atlántico durante más de 15 años.
El concepto de Pizzería Carlos es fácilmente exportable porque es un concepto que se basa en la calidad del producto, la pizza, que se elabora artesanalmente con los mejores ingredientes. Masa, tomate y mozzarella son los tres pilares fundamentales que mantienen el sabor tradicional de Pizzería Carlos, de la auténtica pizza.
Esta franquicia es apta para todo tipo de emprendedores, tanto los que buscan autoempleo, implicándose en la labor diaria del establecimiento, como para aquellos inversores que delegan la gestión en un equipo de profesionales. Sea la situación que sea, la Central Franquiciadora de Pizzería Carlos ha desarrollado un completo programa de apoyo en todas las fases por las que el emprendedor pasa. Por ejemplo, el apoyo en la selección, formación y gestión del personal o la implantación tecnológica del software propio que controla todos los procesos.
Una franquicia rentable
La cadena ofrece a los emprendedores dos modalidades de inversión. Este concepto se pensó en un primer momento como para un negocio en el que primara el delivery. Con el paso del tiempo, la gran aceptación del público y para adaptarse a las necesidades y gustos de la población, Pizzería Carlos ha ampliado su concepto incorporando a sus locales un servicio de mesa y una decoración más cuidada. En el primero de los casos, el modelo de servicio a domicilio, la inversión necesaria es de 105.000€ (más la obra del local). Para la modalidad de restaurante, la inversión necesaria es de 115.000€ (a lo que habría que añadir la reforma y adecuación del local). En estas cifras está incluido el canon de entrada, de 25.000€.
La recuperación media de la inversión se produce en un plazo aproximado de 22 meses. Más información sobre la franquicia Pizzería Carlos en el siguiente enlace.