Es la pregunta que se hacen todos las personas que deciden dar ese gran paso y convertirse en emprendedores, ¿negocio propio o franquicia? La primera opción para esta nueva etapa profesional y convertirse en dueños de su propio destino es abrir un negocio por su propia cuenta, sin tener que depender de nadie.
Desde luego, abrir un negocio propio tiene sus ventajas, como tener una mayor autonomía y libertad sobre el negocio. Además, se puede iniciar cualquier tipo de actividad, y existe la oportunidad de crear algo totalmente nuevo, diferente a lo que ya establecido en el mercado.
La libertad de elegir a los proveedores es también uno de los beneficios de abrir un negocio propio, o la posibilidad de convertir el negocio en multimarca o ampliarlo con algún “corner”, creado alianzas con otras pymes.
Pero también hay que detallar las desventajas del emprendimiento a través de un negocio propio. Si el emprendedor no tiene experiencia en el sector, se encontrará solo, sin apoyos. Empezar desde cero conlleva tiempo y dinero. Dependiendo del tipo de negocio se puede necesitar mucho tiempo para conseguir el modelo de negocio adecuado, que funcione y sea rentable.
La puesta en marcha del negocio es más complicada, requiere de más tiempo y dedicación, ya que es el emprendedor el que se tiene que encargar de todo el proceso (selección del local, negociación con los propietarios, reformas, gestiones administrativas, etc.).
Los costes son mayores, ya que el volumen de compras a los proveedores es pequeño. Además, hay otros costes añadidos, como el diseño y decoración del establecmiento y los gastos de publicidad.
Desgraciadamente, este tipo de negocios suele cerrar pronto, por falta de recursos o por falta de un fuerte plan de negocio. Es algo que se ha podido comprobar durante 2020, por el efecto de la crisis económica y social provocada por la pandemia de la COVID-19.
Por su parte, la franquicia tiene también beneficios y desventajas para los nuevos emprendedores. En el apartado de las ventajas se encuentra el apoyo total de la Central Franquiciadora y de otros franquiciados que en determiandas ocasiones pueden ayudar también.
Se trata de un concepto de negocio probado y demostrado, con un largo camino recorrido ya, lo que facilita el conocimiento por parte del público. El volumen de compras de la red de franquicias es mayor, lo que permite comprar a menor precio y reducir costes.
Al comienzo de la actividad hay también un ahorro de gastos en el diseño de la imagen, de logotipo, de las creatividades de los folletos. Es el Departamento de Marketing de la cadena el que se encarga de desarrollar las campañas promocionales, los diseños, etc.
Las posibilidades de éxito son mayores, pues es un modelo que ya ha sido probado en el mercado y con rentabilidad.
Incluso hay franquicias que ofrecen la posiblidad de llave en mano, encargándose de todos los trámites y entregando al emprendedor las llaves del negocio ya preparado para el día de la apertura.
En el apartado de las desventajas, puede existir cierta falta de libertad a la hora de tomar algunas decisiones, en especial en aspectos como promociones en determinadas situaciones, que pueden no beneficiar a todos los establecimientos por igual.
Hay otros gastos adicionales, como los cánones de marketing o el royalty mensual que se paga a la marca por la explotación de la misma.
Tampoco se pueden elegir a los proveedores ni se puede ampliar el negocio con otros productos o servicios que no sean los establecidos por la marca.
En definitiva, la decisión de elegir un negocio propio o franquicia debe ser seriamente meditada. Cada emprendedor debe considerar su propia situación económica y sus objetivos a corto y medio plazo.
En estos casos, lo más adecuado es acudir a especialistas como la consultora LATAM NETWORKS, que ayudan a los emprendedores a encontrar la solución más adecuada a sus necesidades. Más información sobre las franquicias que representa la consultora en el siguiente enlace.